SALUDO DE LOS TRABAJADORES AZUCAREROS CUBANOS A LA MEMORIA DE
BALDOMERO CASAS FERNÁNDEZ: UN EMPRESARIO AZUCARERO PROGRESISTA
Hace pocos días acaba de fallecer en las frías tierras del norte de Estados Unidos uno de los hombres que más se caracterizó por hacer progresar la industria azucarera, la principal industria de Cuba, antes de la llegada de la negra noche que aún la envuelve; la que más divisas aportó, históricamente a las arcas nacionales no sólo en los últimos años de la república cubana que llega hasta el año 1958; sino desde la colonia cuando Cuba estaba bajo la dominación españo1a; en la república después de haber obtenido su independencia y, aún, en este largo período de cuarenta años bajo el actual régimen comunista.
Me estoy refiriendo a Baldomero Casas Fernández (B.C.F.), quien, producto de esfuerzos e ingentes sacrificios llegó a ser propietario de dos fábricas de azúcar (centrales) en la antigua provincia de Oriente cubana; Borjita y Baltony.
Realmente, en el orden personal, he sentido pena por la desaparición de tan valioso ciudadano, porque quien, como yo, pude tratarlo, supe aquilatar los valores que lo caracterizaban.
Hombre de fuerte carácter, supo venir desde abajo, producto de su esfuerzo y sacrificio hasta llegar a convertirse en uno de los líderes de la recuperación de la industria azucarera cubana para que pasara a manos de nacionales y permitiera, como así se logró, convertirse en un ejemplo digno a seguir.
Cuando conocí a B.C.F. yo desempeñaba el cargo de Secretario General de la Federación de Trabajadores de Oriente y, de aquella época puedo señalar que como empleador fue un hombre de extraordinaria sensibilidad para quienes trabajaban en sus dos ingenios. Fue siempre justo con sus trabajadores y su gran preocupación residía no sólo en obtener beneficios de sus inversiones económicas, sino en que los hombres que trabajasen en sus empresas fueran bien remunerados y disfrutaran de las leyes que la nación en aquella época, legislaba en favor del progreso económico y social del trabajador cubano.
En la ciudad de Palma Soriano, en la oficina del Procurador Cipriano Cerguera, que ejercía como una especie de relacionista de B.C.F., independientemente de atender muchos de sus asuntos jurídicos, muchas veces nos reunimos para analizar y tratar de resolver sucedidos entre patrono y trabajador.
Jamás notamos en B.C.F. al empleador prepotente, más bien el deseoso de resolver problemas que pudieran o se hubieran presentado; porque siempre, como tímbre de orgullo nos señalaba sus comienzos desde abajo hasta llegar a la cimera posición de ser, no sólo creador de riquezas, sino el que conjuntamente, con otros cubanos de visión, se dieron a la tarea de hacer volver la industria azucarera a manos de nativos cubanos.
La clase empresarial cubana, sobre todo la azucarera, ha perdido a uno
de sus grandes hombres, de más visión y de más nobles
sentimientos.
Cuba ha de volver a transitar caminos de libertad y en ese nuevo comienzo habrá por lo menos en la industria azucarera, que imitar en sus desvelos y esfuerzos a quien como B.C.F., trazó senderos de obligado seguimiento para hacer de Cuba, lo que fue en el pasado: la azucarera del mundo.
Y, sí Dios lo permite, cuando volvamos a las asambleas generales, dedicaremos palabras de recuerdo en sentido de homenaje para quien fue merecedor del sentimiento de todos los que lo trataron, especialmente los trabajadores azucareros cubanos.
Prisiciliano Falcón S.
José A. Costa
Rafael Naranjo
Secretario General
Secretario de Actas y Correspondencia
Secretario Organizador
Miami, Fl.
13 de Enero, 1998